Aprender idiomas: Ejercicio para el cerebro

Hace años se pensaba que, en lo relativo a niños pequeños, el hecho de tratar de aprender más de un idioma simultáneamente podía bloquear el desarrollo linguístico, e incluso llegar a obstaculizar el desarrollo cognitivo. Pero más tarde se demostró que los individuos menores de 10 años que estudiaban dos lenguas a la vez, comenzaban a leer o a hablar prácticamente a la vez que los monolingues. Es más, aunque el hecho de tener que cambiar de código continuamente puede retrasar algo el aprendizaje (algo que se soluciona rápidamente), esto ayuda a asimilar las estructuras linguísticas, cosa que deja el camino preparado para, en el futuro, poder aprender idiomas diferentes con mayor facilidad.
Por estudios cómo este, podemos afirmar que el aprender nuevos idiomas, proporciona tanto una mayor flexibilidad mental cómo un aumento de la concentración del individuo.
Pero el aprender idiomas no es sólo un buen ejercicio mental exclusivamente para los niños, sino que supone una de las mejores formas de “entrenar” el cerebro de los adultos. Aunque sólamente el 5% de las personas mayores de edad aprenden a dominar un idioma después de su adolescencia, esta práctica debería estar mucho más extendida, ya que la práctica del esfuerzo intelectual que supone aprender idiomas es de las más asomborsamente efectivas que existen para conservar nuestras capacidades intelectuales con la edad.
1 comentarios:
Muy buen aporte. Más allá de las ventajas cognitivas, considero que los beneficios más importantes de aprender a hablar una segunda lengua recaen en la multiplicacion considerable de las oportunidades de trabajo.
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